Ante
la inminente desaparición de la Plaza de Abastos, el
Aula Gerión denuncia este nuevo delito contra Patrimonio
Histórico de la ciudad y se solidariza con los
comerciantes de la Plaza, que están denunciando en estos
días esta barbaridad, mediante escritos, pancartas y
recogida de firmas.
Este es un nuevo movimiento
de la gran partida que está jugando el equipo de
gobierno y la Gerencia de Urbanismo contra el Patrimonio
sanluqueño y el futuro de la ciudad. Es parte de ese
cheque del que ha hablado el señor “Alcalde”, cheque
“en blanco” que tienen en sus manos. Y, en efecto,
esta partida la juegan con ventaja, ya
que están
delinquiendo e infringiendo constantemente y de forma
impune todas las leyes y normativas urbanísticas que
afectan al Casco Histórico en particular y a la ciudad
en general.
La
demolición de nuestra Plaza de Abastos no sería más
que la culminación de ese Plan Especial de Reforma
Interior (PERI), proyectado de forma muy ambigua en el PGOU, y que dispara contra el corazón mismo de la
ciudad. Este siniestro Plan prevé demoler todas las
antiquísimas edificaciones situadas debajo de la
barranca, desde las bodegas Orleáns-Borbón (calle Baños)
hasta el carril de los Ángeles. De esta faja urbana ya
se ha demolido la casa de las Palomas y ha desaparecido
el antiguo jardín del pub “La Quesería” (calle
Carmen Viejo). Dentro de este mismo Plan se está
“esperando” el derrumbe “fortuito” de las
maltrechas casas situadas frente a Madre de Dios, del
antiguo palenque, las bodegas La Cigarrera, la casa del
Museo del Mar y la casa de la Columna (calle Bretones). Y
a todo este derrumbe masivo ayudará “graciosamente”
que la Cuesta Belén se esté venciendo, sin que ninguna
de las 79 personas que trabajan en nuestra “lujosa”
Gerencia de Urbanismo haya intervenido en las grietas
existentes.
Este
entramado urbano es el más antiguo de la Sanlúcar
bajomedieval y moderna, es la Sanlúcar cervantina, el
primigenio núcleo comercial que formaban las tiendas de
la antigua Alcaicería y donde se ubicaba la Casa de
Contratación desde 1503, todo ello alrededor del histórico
Callejón del Truco, de enorme valor urbano.
La
plaza de Abastos, que es de propiedad municipal por si
alguien lo duda, está destinada a bien de servicio público
desde su origen y está protegida en el PGOU con un
escaso nivel de protección C. El edificio conserva la
estructura original desde que se construyó en 1741, así
como la distribución interior perteneciente a la última
reforma de 1939 (foto adjunta). Del Mercado de Abastos
sanluqueño no sólo tiene valor arquitectónico su
portada de la calle Bretones, sino que este valioso
ejemplo de arquitectura industrial condensa otra serie de
valores históricos y antropológicos de gran interés
para la ciudad, pues además su intensa actividad
comercial, la Plaza se ha convertido en un importante
foco de relaciones sociales y en destacado lugar de
atracción turística. Por tanto, es un importante
recurso económico para la ciudad. Son muchísimas las
personas –sanluqueños y foráneos- que alaban a este
tradicional centro comercial y gustan de hacer la compra
en nuestra Plaza, precisamente por ese carácter
excepcional que le otorga el conjunto de valores que
posee todo este entono.
El Aula Gerión pregunta a los responsables municipales
qué finalidad y sentido tiene esta destrucción sistemática
de nuestro Patrimonio, ¿mejorar la vida de los sanluqueños?
O quizás de lo que se trata es de mejorar sus bolsillos
y, de paso, los de algunos promotores, profesionales al
fin y al cabo, que quizás no sepan dónde se están
metiendo, pues la avaricia no tiene límites y es posible
que cada vez se les exija maletines más pesados a cambio
de, por ejemplo, no retranquearse 30 centímetros en
algunas aceras.
Enlace relacionado:
Evolución del edificio del Mercado de Abastos
