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El
Aula de Investigación Histórica Gerión se
siente de nuevo preocupada ante varias casas, que
forman parte del patrimonio sanluqueño, en las que
se van a producir intervenciones. La mayoría de
estos edificios están contemplados en el Plan
General de Ordenación Urbana con un nivel de
protección “Global”, o sea, que prácticamente
sólo admiten obras de rehabilitación,
mantenimiento y conservación, obligando esta
normativa a conservar en su integridad todos sus
elementos característicos y representativos.
Así,
están en el ojo del huracán tres casas en la
calle San Juan: dos frente a telefónica y una
frente a la iglesia del Carmen; la casa de los
Condes de Aldama con jardín arbolado en la calle
de la Plata; y otra en calle Santo Domingo
esquinando con plazuela. En el Barrio, una de las
casas de vecinos conocidas como las “de Argüeso”.
En el Barrio Alto, una casa en la calle S. Agustín
-donde aparecieron unas tinajas bajo el suelo-,
otra llamada “de Pepita Tudó” con jardín
arbolado en la calle Descalzas y la casa de la
antigua Maternidad, en calle Almonte.
La
mayor parte de estas casas han cambiado de
titularidad. En unas se anuncia la construcción de
pisos, en otras se están realizando ya las obras,
y algunas aparecen cerradas a cal y canto. Un caso
singular es la Casa de
Arizón, declarada Bien de
Interés Cultural por la Junta de Andalucía, cuyas
obras se encuentran en total estado de pasividad.
Asimismo, en la Almona se proyecta un futuro hotel
y la “Casa del Ingeniero del Gas” en el
Mazacote ha pasado a otro titular.
Todos
los sanluqueños estamos llamados a conservar el
Patrimonio Histórico-Artístico de nuestra ciudad
y, en parte, somos responsables de lo que en él
ocurra. La ley cuenta con los ciudadanos para que
llamen la atención de la Administración, cuando
vean una alteración en su patrimonio: “Las
personas que observen peligro de destrucción o
deterioro en un bien integrante del Patrimonio Español
deberán, en el menor tiempo posible, ponerlo en
conocimiento de la Administración competente,
quien comprobará el objeto de la denuncia y actuará
con arreglo a lo que en esta Ley se dispone”
dice en su artículo 8º.1 la LPHE de 1985. Esta
legislación, junto a la Ley del Patrimonio Histórico
de Andalucía de 1991 y el PGOU de 1997, en el caso
de Sanlúcar, son las fuentes jurídicas
fundamentales para el conocimiento de las normas
sobre este asunto. Toda esta normativa es
suficiente para conservar el Patrimonio si se
aplicara en su espíritu y letra.
Nuestro
PGOU contempla 38 edificios con protección
integral, 131 con protección global
y 224 con protección parcial, siendo
el peso de la protección inversamente proporcional
al número de edificios. Cada nivel de protección
sólo admite determinadas obras claramente señaladas
en este documento legislativo. También hay que
tener en cuenta la figura del entorno, es
decir, aquellas zonas y construcciones situadas
alrededor de un Bien protegido al que han de
subordinarse en volumen y forma. Así, por ejemplo,
el solar de la recientemente demolida Casa de Vargas Machuca (Casa
de las Palomas) se encuentra
dentro del entorno del Palacio de Medina Sidonia y
la iglesia de Ntra. Sra. de la O, por lo que en
este caso se debe observar también la ley desde
este otro ángulo de mayor amplitud.

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