El pasado 1 de julio [de
2003], el alcalde de esta ciudad publicó un Bando
cuyo contenido sería digno de alabanza si uno no
viviera en Sanlúcar y no contemplara diariamente
las agresiones a nuestro ya maltratado patrimonio
histórico. Dice el Bando que Sanlúcar “es
poseedora de uno de los Cascos Históricos más
importantes de la provincia de Cádiz” y que
“debemos sentirnos orgullosos de nuestro
Patrimonio Histórico, cuidarlo y tenerlo siempre
presentable”. Me gustaría preguntarle al señor
alcalde si vive en la misma ciudad que yo, o en
una irreal que tan sólo existe en su imaginación.
Numerosos edificios emblemáticos, testigos de
nuestra historia, están desapareciendo a causa de
una política urbanística, propiciada desde y por
el propio Ayuntamiento, que favorece y potencia la
especulación y que está engullendo a mordiscos el
patrimonio arquitectónico civil de nuestra ciudad.
Pues no sólo de iglesias y de edificios religiosos
puede –y debe- mantenerse el patrimonio histórico
de un pueblo. A pesar de las barrabasadas
cometidas en los años setenta, a pesar de que en
los 90 tuvimos el dudosos privilegio de que un
promotor inmobiliario pagara el PGOU de la ciudad,
subordinando el interés general al provecho
concreto del citado peje y abriendo la veda de la
especulación pura y dura, a pesar de todos los
muchos disparates cometidos, aún le queda algo, no
mucho, a nuestra ciudad “para poder enseñar a
quienes nos visitan”. La merma de nuestro
patrimonio es tan evidente que los propios
turistas ya lo comentan, lamentándose de que
Sanlúcar cada vez se parece más a cualquier pueblo
sin historia, ruidoso y feo de la costa, víctima
de una especulación que está arrasando con todo
aquello que la hacía especial y singular. El
Ayuntamiento justifica esa fiebre constructora con
la necesidad de viviendas - la mayoría de segunda
residencia-, como si no fuera compatible el
desarrollo urbanístico con una política racional
de conservación del patrimonio. Frente a esto,
nuestro alcalde se contenta con pedir a los
vecinos que mantengan limpias sus fachadas,
mientras sigue haciendo la vista gorda con los
empresarios que potencian la destrucción paulatina
de ese casco histórico del que tan orgulloso
parece sentirse.
Columna de opinión
“ La Carcoma”, publicada
en Sanlúcar Información, 2003. Recogido en
Sanlúcar en papeles rojos. Teoría de la carcoma.
Seis puntos de vista sobre la actualidad y la
sociedad sanluqueña, IR editores, 2007 p. 82.